Conviene
trasladarnos a los años 80 cuando Colombia se encuentra en medio de diversas
crisis sociales debido a que por esa época se dio el auge de migraciones,
desplazamientos, corrupción, aumento de la violencia y desmejoramiento de las
condiciones de vida. Esto produce ciertas demandas a la educación en la pronta realización
de reformas encaminadas a mejorar la calidad educativa del país y por ende se responsabilizan
a las Instituciones para gestar una innovación y transformación.
En
lo consecuente de este proceso existen personas interesadas en idear la formación
de grupos de pensadores que a partir de una red de conocimientos pudieran armar
un plan para dar respuesta al problema planteado. Así fue como se conforma un
primer grupo denominado Federici, gracias a un maestro italiano llamado Carlos
Federici quien descubrió a través de sus prácticas pedagógicas en la Universidad
Nacional de Colombia iniciadas en 1948 que a los estudiantes se les dificultaba
desestabilizarlos cognitivamente para llegar a un nuevo aprendizaje, entonces implementó
el dialogo y la discusión como una herramienta que propicia la duda, la confrontación,
el reconocimiento y los nuevos saberes. Los aportes se enfocaron en un modelo
basado en una nueva cultura académica, la cual tuvo gran impacto.
Posteriormente,
después de disolverse dicha sociedad de conocimiento, un grupo de estudiantes
deciden retomar las ideas del maestro Federici e inventan un equipo interesado
en discutir temas sobre cómo debía ser la formación del ciudadano y la formación
en ciencias básicas. Este proceso investigativo, a través de sus reflexiones
consolidaron otro grupo importante al que denominaron Grupo Historia de las Prácticas
Pedagógicas en el año 1975 pero se reconoce formalmente su fundación en el año
2009 conformado por ocho de sus fundadores y cincuenta integrantes más seis
universidades que participan en los semilleros de investigación: Universidad de
Antioquia, Universidad Pedagógica Nacional, Universidad del Valle, Universidad Javeriana,
Universidad Nacional de Colombia y Universidad del Cauca.
Muchas
de las reflexiones de este grupo lograron influir en las políticas educativas
que se realizaban logrando el rediseño de los planes de estudio de muchas
Instituciones, estrategias para mejorar la formación de los educadores del país,
programas de alfabetización, entre otros. Sus investigaciones tuvieron su máximo
esplendor a través de un nuevo nombre “Movimiento Pedagógico” donde se
involucraron docentes del país, se crean nuevos panoramas de discusiones
entorno al rol del docente y los métodos de enseñanza- aprendizaje generando
importantes consecuencias como el compromiso de muchos educadores de cambiar
sus esquemas tradicionales de trabajo y reflexionar sobre su quehacer. Aún así,
el mayor fruto se dio con la creación de la Expedición Pedagógica. Según el
autor (Suárez, 2001), el objetivo consistió en recorrer las escuelas del país y
reconocer cómo se estaba desarrollando la educación, observar experiencias,
saberes y proyectos que se estuvieran realizando. Esto permitió evidenciar no
solo las riquezas culturales de cada región y que influyen la formación del
individuo si no que dejó ver la crisis y las debilidades que tiene el sistema
educativo colombiano. Cada contexto suma una diversidad de factores asociados a
la violencia que genera la deserción de estudiantes a las escuelas, la falta de
calidad de vida de los estudiantes, inexistencia de recursos e infraestructura
adecuada para su formación. Esta investigación sin duda constituyó uno de los
hechos de gran importancia para trazar nuevas políticas educativas que buscaran
plantear las alternativas pertinentes para estos problemas.
Sin
embargo, después de muchos años, nuestro sistema educativo sigue teniendo
falencias en materia de investigación educativa en tanto no se realicen esfuerzos
conjuntos para abordar necesidades básicas de la calidad educativa en las Instituciones
o escuelas a lo largo y ancho del país no se podrá avanzar hacia procesos
investigativos que se sostengan y puedan dar resultados transcendentales para
la transformación de la sociedad.
Es imprescindible debatir sobre el tema de inversión
en educación e investigación de forma real pesto que los resultados de nuestro
avance por evaluadores externos son desalentadores. Un ejemplo de esto ocurrió en
las pruebas PISA en los años 2006 en donde Colombia arroja un puntaje de 381
por debajo de países como Brasil y Chile que tiene condiciones socioeconómicas similares.
También, cuando se realiza la prueba del índice H entre los años 1996 hasta el
2017 para medir la calidad de investigación de las Universidades de un país,
Colombia sigue por debajo de Chile (636) y Brasil (978) con un promedio de 470.
Esto lo podemos observar en la siguiente gráfica:
Fuente:
Articulo de periódico digital UN- COLOMBIA
Han
existido avances en nuestro país sobre Investigación educativa, pero siguen
siendo insuficientes sino se amplía la inversión y se mejorar las estrategias y
políticas educacionales.
Por:
Carmen Lucía Andrade Villadiego.
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