La
Institución Educativa Las Palmas se encuentra ubicada en el Municipio de Santiago
de Tolú, específicamente, en el corregimiento denominado Pita abajo, se
caracteriza por ser un sector rural y su población es afrodescendiente. La
comunidad académica en general esta conformada por 450 personas, esto incluye,
estudiantes, profesores y directivos.
El
contexto social entreve un ambiente complejo de crisis económica, cultural y
social. La mayoría de los hogares de los estudiantes pertenecen a estratos
sociales muy bajos, sobreviven del rebusque, el intercambio de productos y oficios
varios persiste el hacinamiento en las viviendas, se evidencia aumento de casos
donde no se practican los valores, emergen situaciones de violencia
intrafamiliar, ente otros aspectos. Anexo a esto Pita tiene un pasado de
violencia a raíz del conflicto interno que vivencia el país con grupos al
margen de la ley. Sin embrago, en este contexto de múltiples necesidades nace
una importante iniciativa de la mano de equipo de docentes del área de ciencias
sociales. Este consistió en un proyecto de Investigación educativa a nivel de Institución
que pretende incluir desde los planes de estudio la etnoeducación como
formadora para la paz en escenarios donde el tejido social e identidad de un
pueblo ha sido afectado por la guerra y la violencia del país.
La
investigación tuvo sus inicios en el año 2008 y una vez implementada la
propuesta se aprueba la asignatura etnoeducación desde el marco de las Ciencias
sociales como ente dinamizador de la identidad cultural y la reafirmación de
los valores étnicos. También se alcanza a materializar la institucionalización de
la semana Afropalmista que se desarrolla en el mes de mayo la semana de la Paz Palmista
en el mes de septiembre, Diseño y aplicación de cartilla didáctica
etnoeducativa y cátedra de la paz palmista.
Los
maestros ahora también llamados etnoeducadores continúan manteniendo en
vigencia la investigación y trabajando comprometidos con la comunidad. Lo
anterior, corrobora que para innovar solo se necesita salir del confort y
reflexionar de qué manera la practica o el quehacer del docente puede impactar desde
una pequeña escuela y perdurar en la memoria de ese pueblo por generaciones.
Por:
Carmen Lucia Andrade Villadiego.
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